BIOGRAFÍA DE LOS APÓSTOLES DE JESÚS

 Simón, hijo de Jonás (Pedro)

(Betsaida, finales del siglo I a. C.-Roma, c. 67 d. C.), conocido también como, Cefas o simplemente Pedro, fue, de acuerdo con múltiples pasajes neotestamentarios, uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret. Su nombre de nacimiento era Simón bar-Jona​ y era pescador de oficio en el mar de Galilea. Por su seguimiento de Jesús de Nazaret, se constituyó en el apóstol más conocido y citado del Nuevo Testamento en general y de los cuatro evangelios canónicos y los Hechos de los Apóstoles en particular, que lo presentan bajo muy variados aspectos. También es citado por Pablo de Tarso en sus Epístolas paulinas, incluyendo la Epístola a los gálatas donde lo refiere como una de las tres columnas de la Iglesia de Jerusalén.a​ Figura de primer orden y de firme valor teológico en razón del ministerio que le confió el propio Jesucristo, es también conocido como el príncipe de los apóstoles.​ Dado el prestigio del que gozó en la Iglesia primitiva, proliferaron también los «escritos apócrifos» centrados en su figura, como el Evangelio de Pedro, el Apocalipsis de Pedro, los Hechos de Pedro, los Hechos de Pedro y Pablo, entre otros

 

Pedro es con toda probabilidad el más conocido de los 12 apóstoles. Su nombre aparece primero en la lista de los discípulos (Mateo 10:2-4, entre otros). Tenía un carácter impulsivo y a veces hablaba sin filtrar sus palabras, algo que probó ser bueno en unas ocasiones y desastroso en otras (ver Mateo 14:22-33 y Mateo 16:21-23 como ejemplos).

Era hermano de Andrés, otro de los discípulos, y antes de conocer a Jesús trabajan junto a su padre como pescadores. Pedro estaba casado (Marcos 1:29-31). Él fue uno de los discípulos más cercanos de Jesús, quien lo escogió para presenciar su transfiguración (Marcos 9:2-13) y otros momentos especiales de su vida.

 

Aunque muchos recuerdan a Pedro mayormente por haber negado a Jesús, la realidad es que su ministerio después de la resurrección del Señor fue muy poderoso. En Hechos 2:14-41 leemos el relato de su primera predicación lleno del Espíritu Santo. Ese día, unas tres mil personas recibieron el mensaje de salvación y fueron bautizadas comenzando así la expansión de la iglesia.
La vida de Pedro es un gran testimonio del poder del perdón de Dios para con sus hijos.

A Pedro se le adjudica la autoría de las 2 cartas apostólicas del Nuevo Testamento que llevan su nombre, la 1ª y la 2ª Epístola del Apóstol San Pedro.

Según la tradición, Pedro murió crucificado con la cabeza hacia abajo durante la persecución de Nerón. Parece ser que él mismo solicitó que lo colocaran así porque no se sentía merecedor de morir en la misma posición que el Señor Jesucristo.

En el catolicismo, Pedro es considerado el primer Papa. Se cree que su cuerpo está enterrado bajo la Basílica de San Pedro en el Vaticano.

 

Andrés, hijo de Jonás (hermano de Simón)


(En griego: Ἀνδρέας, Andréas) (comienzos del siglo I - mediados del siglo I), fue probablemente el primer apóstol de Jesús. En la iglesia ortodoxa es conocido como Protocletos (del griego Πρωτόκλητος Prōtoklētos, «el primer llamado»). Era el hermano mayor del apóstol Pedro.

El nombre Andrés proviene del griego ἀνδρείος, «valeroso». Era común entre judíos, cristianos y pueblos helenizados de la provincia de Judea. No hay ningún nombre arameo o hebreo que se corresponda con Andrés. Según la tradición, el sucesor de Andrés es el patriarca de Constantinopla.


Antes de seguir a Jesús, Andrés trabajaba como pescador junto a su hermano Simón (Pedro). Andrés fue discípulo de Juan el Bautista antes de conocer a Jesús (Juan 1:35-40) lo que muestra el anhelo sincero de su corazón por conocer a Dios. Andrés dio testimonio de Jesús desde el principio. De hecho, él testificó a su hermano Pedro tan pronto supo que Jesús era el Mesías esperado (Juan 1:40-42).

Un dato curioso sobre Andrés: para el milagro de la alimentación de más de 5000 personas, fue él quien encontró al niño que tenía 5 panes y 2 pescados y avisó a Jesús (ver Juan 6:8-12). Sin embargo, él no lograba entender cómo una cantidad tan pequeña podía ser de ayuda entre tanta gente...

 

Según la tradición, Andrés murió en Patras, Grecia, atado a una cruz en forma de X y con la cabeza hacia abajo. Su ministerio en Grecia había sido muy fructífero. La esposa de un gobernador recibió la sanidad y se convirtió al cristianismo, pero el gobernador se enojó mucho y mandó arrestar a Andrés condenándole a morir en la cruz. No lo clavaron, sino que lo ataron para que su muerte fuera más lenta y agobiante.

 

Al parecer, Andrés se mantuvo predicando el evangelio desde la cruz hasta su muerte. La cruz en forma de X es conocida como la cruz de San Andrés.

 

Jacobo (Santiago), hijo de Zebedeo


Santiago el Menor (en griego, Ἰάκωβος, romanizado: Iakōbos; en hebreo, יעקב בן חלפי‎, romanizado: Ya'akov ben Halfay) o Santiago, hijo de Alfeo, para distinguirlo del otro apóstol del mismo nombre (Santiago el Mayor o Santiago, hijo de Zebedeo), fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo. Era hijo de Cleofás o Alfeo y de María de Cleofás, y hermano de Judas Tadeo y de otro José.

En latín eclesiástico se le denominaba Sanctus Iacobus, literalmente "San Jacobo", compuesto que devino en Sant Iaco y Sant Iague (o Yagüe) para culminar como Sant Iago.

Jacobo o Santiago (depende de la traducción), era hermano de Juan, el otro discípulo. Parece que eran unos hermanos muy unidos y trabajaban como pescadores junto a su padre (Marcos 1:19-20). Jesús los apodó Boanerges (o hijos del trueno, Marcos 3:17) quizás dando a entender que tenían un carácter fuerte. Ellos dos, junto con Pedro y en algunas ocasiones Andrés, formaron el círculo íntimo de Jesús: los discípulos con los que Jesús compartió sus momentos más especiales.

 

Por ejemplo, en Marcos 1:29 vemos a Jesús yendo con Jacobo y Juan a visitar al otro par de hermanos apóstoles, Pedro y Andrés. En esa visita Jesús sanó a la suegra de Pedro. En otra ocasión Jacobo (Santiago) presenció junto a Pedro y Juan la resurrección de una niña, la hija de Jairo (Marcos 5:35-42).

De los 12 discípulos, Jacobo fue el primero en morir como mártir en el año 44 d.C., dato registrado en la Biblia en Hechos 12:1-2. El rey Herodes mandó a que lo mataran con una espada.

 

Según los historiadores, después de su muerte, su cuerpo fue trasladado a Santiago de Compostela (Galicia, España). Según la tradición, Santiago había evangelizado esa región y por eso se procedió a enterrar su cuerpo en el lugar donde se encuentra hoy la Catedral de Santiago.

 

Juan, hijo de Zebedeo

Juan el Apóstol (hebreo יוחנן Yohanan, «el Señor es misericordioso») fue, según diversos textos neotestamentarios (Evangelios sinópticos, Hechos de los Apóstoles, Epístola a los Gálatas), uno de los discípulos más destacados de Jesús de Nazaret. Nativo de Galilea, era hermano de Santiago el Mayor e hijo de Zebedeo. Su madre podría ser Salomé. Fue pescador de oficio en el mar de Galilea, como otros apóstoles. La mayoría de los autores lo considera el más joven del grupo de «los Doce». Probablemente vivía en Cafarnaún, compañero de Pedro. Junto a su hermano Santiago, Jesús los llamó בני רעם Bnéy-ré'em (arameo), Bnéy Rá'am (hebreo), que ha pasado por el griego al español como «Boanerges», y que significa «hijos del trueno», por su gran ímpetu. Juan pertenecía al llamado «círculo de dilectos» de Jesús que estuvo con él en ocasiones especiales: en la resurrección de la hija de Jairo, en la transfiguración de Jesús, y en el huerto de Getsemaní, donde Jesús se retiró a orar en agonía ante la perspectiva de su pasión y muerte. También fue testigo privilegiado de las apariciones de Jesús resucitado y de la pesca milagrosa en el Mar de Tiberíades.

La mención del nombre «Juan», antecedido por el de «Santiago» y el de «Cefas» (Simón Pedro), como uno de los «pilares» de la Iglesia primitiva por parte de Pablo de Tarso en su epístola a los Gálatas es interpretada por la mayoría de los estudiosos como referencia de la presencia de Juan el Apóstol en el Concilio de Jerusalén.

 

Juan es conocido como el discípulo amado. Era hermano de Jacobo (Santiago) y al igual que Pedro y Andrés, tenía una amistad especial con Jesús. Juan estuvo con Jesús hasta el final, al parecer fue el único de los 12 que estuvo presente durante la crucifixión. Jesús le dio en ese momento una encomienda muy importante: cuidar de su madre María (Juan 19:25-27). ¡Tal era la confianza entre ellos!

Juan compartió con Jesús momentos memorables. Algunos de ellos fueron su transfiguración (Marcos 9:2-13), su angustia en Getsemaní (Mateo 26:36-46) y su crucifixión (Juan 19:25-27).

 

Durante los últimos años de su vida, Juan vivió exiliado en la isla de Patmos como castigo por testificar sobre Jesús. Allí escribió el libro del Apocalipsis, el último libro de la Biblia (Apocalipsis 1:1-9).

A Juan se le adjudica la autoría del Evangelio de Juan, de las cartas apostólicas 1ª, 2ª y 3ª de Juan y del Apocalipsis.

De los 12 apóstoles, Juan fue el único que con casi total seguridad murió de vejez por causas naturales. Aun así, se cree que en algún momento de su vida sobrevivió a un intento de envenenamiento.

 

Felipe

Fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. Era originario de la ciudad de Betsaida, región de Galilea.

En los apócrifos Hechos de Felipe, escritos a partir del siglo IV,​ se dice que predicó en Grecia, Siria y Frigia. Así mismo, tanto los Hechos de Felipe como la también apócrifa Leyenda dorada, compilada en la Baja Edad Media, dicen que fue martirizado en la ciudad frigia de Hierápolis.

Un códice descubierto en la biblioteca de Nag Hammadi en 1945 contenía un evangelio apócrifo de Felipe escrito en el siglo III que fue empleado por los cristianos gnósticos.

 

Jesús llamó a Felipe después de llamar a Pedro, Andrés, Jacobo y Juan. Felipe fue de inmediato a hablar con su amigo Natanael. Le dijo: «Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la ley, y de quien escribieron los profetas» (Juan 1:43-48).

Vemos que Felipe conocía las Escrituras y anhelaba la venida del Mesías prometido. Él vio algo diferente en Jesús que lo llenó de esperanza y no dudó en ir a compartir con su amigo su buena noticia.

 

Felipe era de Betsaida (Juan 12:21), la aldea de pescadores de donde eran Juan y Jacobo. Sabemos poco sobre Felipe, pero el evangelio de Juan lo menciona en algunas ocasiones. Por ejemplo, justo antes de que Jesús multiplicara los panes y los peces para alimentar a más de 5000 personas, se dio esta conversación entre Felipe y Jesús:

Cuando Jesús alzó la vista y vio una gran multitud que venía hacia él, le dijo a Felipe: ¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?
Esto lo dijo solo para ponerlo a prueba, porque él ya sabía lo que iba a hacer.
Ni con el salario de ocho meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno —respondió Felipe.
(Juan 6:5-7)

 

Al parecer, Felipe no se había percatado aun del inmenso poder de Jesús. Felipe mostró tener un corazón sincero y un espíritu misionero. No solo compartió de inmediato con Natanael su encuentro con Jesús, sino que en otra ocasión unos griegos se acercaron a él y le dijeron que deseaban conocer a Jesús. Felipe habló con Andrés y juntos fueron donde Jesús (Juan 12:20-22).

No se sabe con certeza cómo murió Felipe. Unos dicen que murió por causas naturales y otros, que fue crucificado, colgado o decapitado en Hierápolis, Turquía, donde había estado predicando el Evangelio.

 

Bartolomé (Natanael)

 

Fue uno de los apóstoles de Jesús. Su nombre procede del patronímico arameo bar-Tôlmay, "hijo de Tôlmay" o "hijo de Ptolomeo". Es mencionado en los tres evangelios sinópticos, siempre en compañía de Felipe.a​ En el Evangelio de Juan, donde no aparece con el nombre de Bartolomé, se le ha identificado con Natanael, que también está relacionado siempre con Felipe. Louis Réau considera que dado que su nombre procede de la unión de bar (hijo) y Ptolomeo, sería por tanto, descendiente de la Dinastía Ptolemaica, aunque esto no tiene ninguna base en el Nuevo Testamento; en todo caso, hay que tener en cuenta que no era extraño para los galileos del siglo I tomar nombres griegos, o bien asimilarlos a ellos.

Hay un poco de confusión sobre su nombre. Se piensa que en realidad se llamaba Natanael, pero que mucha gente lo conocía como Bartolomé (que quiere decir «el hijo de Talmai»). Sabemos que Felipe era su amigo y quien lo llevó hasta Jesús (Juan 1:45). También sabemos que Natanael tenía ciertos prejuicios sobre Nazaret. Cuando Felipe le comentó que Jesús era de Nazaret, Natanael respondió: «¡De Nazaret!. ¿Acaso de allí puede salir algo bueno? (Juan 1:46).

Sin embargo, su encuentro con Jesús despejó todas sus dudas y Natanael pasó a ser uno de los discípulos de Jesús a quien reconoció como Rabí, el Hijo de Dios y el Rey de Israel (Juan 1:47-51).

 

Hay algo de confusión sobre la forma en la que él murió, pero la creencia general es que también sufrió martirio. Según la tradición, él fundó la iglesia en Armenia y murió como mártir en India o en Armenia donde lo despellejaron vivo y luego lo decapitaron.

 

Tomás (apodado Dídimo o el Gemelo)

 

Tomás (hebreo: תוֹמָאס; griego: Θωμᾶς; copto: sirio: ܬܐܘܡܐ ܫܠܝܚܐ Tʾōmā šliḥā) llamado también Judas Tomás Dídimo, fue uno de los doce apóstoles de Jesús. El nombre Tomás significa «gemelo» en arameo, y Dídimo tiene la misma acepción en griego.

 

A Tomás se le conocía como Dídimo (el gemelo). Se recuerda a Tomás por su reacción de incredulidad después de la resurrección de Jesús. Sus palabras «Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré» (Juan 20:25) son usadas para probar su supuesta falta de fe.

Sin embargo, hubo ocasiones en las que Tomás mostró valentía y decisión. Por ejemplo, él fue el único de los discípulos que animó a Jesús a ir a ver qué había sucedido con Lázaro (Juan 11:11-16). También mostró un gran deseo de seguir el camino de Jesús hasta el final (Juan 14:5).

 

Según la tradición, Tomás evangelizó en Siria, en Babilonia, en India y en China. Sorprende ver que hay datos muy específicos sobre su muerte. Según los historiadores, Tomás murió atravesado por una lanza el 3 de julio del año 72 d. C., en India.

 

Mateo (Leví)

 

Mateo el Evangelista, en hebreo מתיו הקדוש (también conocido como Mateo Leví, Leví de Alfeo o Mateo el Apóstol), fue uno de los doce apóstoles elegidos por Jesús de Nazaret. La tradición cristiana, y la mayoría de documentos primarios históricos escritos en el mismo siglo, le atribuyen la autoría del Evangelio de Mateo, escrito originalmente en arameo. ​ Alguna crítica secundaria actual relativiza esta atribución, al menos respecto al texto que nos ha llegado como tal,​ pero más probable el libro de Mateo fue compilado por el apóstol unos años después de dichos eventos usando notas escritas en arameo.

 

Etimológicamente, el nombre español Mateo proviene del griego Mathaios (Ματθαιος) y este, del arameo Mattai, una forma corta del hebreo MattanYah, que significa ‘don de Yah’ (forma corta de Yahveh), es decir, ‘don de Dios’.

 

Mateo (Leví) era un recaudador de impuestos y su oficio le ganaba la antipatía de todos. Los cobradores de impuestos eran conocidos por su astucia (o mala maña) para cobrarle de más a la gente y por su falta de compasión ante los deudores.

Aun así, Jesús llamó a Mateo a seguirlo y Mateo no lo dudó: se levantó de su mesa y siguió al Maestro (Mateo 9:9). Se piensa que este mismo Mateo fue el autor del Evangelio según Mateo, el primer libro del Nuevo Testamento.

Según la tradición, Mateo evangelizó primero en Judea, luego en Etiopía, Persia y Antioquía. No hay claridad sobre cómo, cuándo o dónde murió. Unos dicen que fue martirizado, probablemente en Etiopía, pero otros piensan que puede haber muerto por causas naturales.

 

Jacobo, hijo de Alfeo

 

A veces Jacobo (o Santiago) el menor ha sido confundido con otros Santiagos o Jacobos que eran parte del círculo de amigos de Jesús. Habían tres:
--Jacobo-, hermano de Juan, uno de los "hijos de trueno", mandado a
matar por Herodes, el segundo mártir en el libro de los Hechos.
--Jacobo, hermano de Jesús, no fue uno de los Doce ni fue seguidor de
Jesús sino hasta después de la resurrección, llegó a ser el líder de
la Iglesia de Jerusalén (Hechos 1:14; 15:13; Gálatas 2:9, 12).
Posiblemente escribió el libro de Santiago.
--Jacobo, el menor (Mateo 10:3, Marcos 3:18, Lucas 6:15, Hechos 1:13)
fue nombrado el noveno discípulo en las listas bíblicas.
El Nuevo Testamento no nos dice nada más de Jacobo sino que era hijo de
Alfeo. Marcos nos cuenta que el nombre de su madre era María pero no era la misma María, madre de Jesús. Por su devoción a Cristo, la madre de Jacobo, esposa de Alfeo estuvo en la cruz con las otras mujeres (Marcos 15:40). Marcos también nos cuenta que la misma María era madre de un José; Marcos es quien le ha dado a Jacobo el apodo de "el menor".
Realmente hay personas que han tratado de identificar a Jacobo con Mateo porque el nombre del padre de Mateo también era Alfeo. Pero no podemos decir que eran hermanos.

 

Se sabe muy poco de este discípulo. Sí sabemos que su padre se llamaba Alfeo, dato mencionado en las 4 listas de los apóstoles (Mateo 10:2-4; Marcos 3:16-19; Lucas 6:13-16; Hechos 1:13). Se cree que su mamá se llamaba María (Mateo 27:56).

 

Tadeo (Judas Tadeo)

 

Judas Tadeo fue, según diversos textos neotestamentarios, uno de los discípulos de Jesús de Nazaret, que formaba parte del grupo de «los doce» apóstoles. En el Evangelio de Mateo y el de Marcos se le llama simplemente Tadeo, mientras que en el Evangelio de Lucas y en los Hechos de los Apóstoles se le llama Judas de Santiago, aunque la identificación entre «Tadeo» y «Judas de Santiago» es discutida por los especialistas. A veces se le identifica con Judas, el hermano de Jesús. En todos los casos, parece existir la tendencia de acompañar el nombre de «Judas» con alguna especificación, quizá por la preocupación de los escritores de aquellos textos por diferenciarlo de Judas Iscariote,​ el apóstol a quien se atribuye haber traicionado a Jesús.

 

El nombre «Judas» es una palabra hebrea (יהודה, Yehuda), que significa alabanzas sean dadas a Dios. «Tadeo», término proveniente del idioma arameo, significa el valiente, hombre de pecho robusto. También se le llamó «Lebeo», que significa hombre de corazón tierno.

 

Junto con Simón el Cananeo, Judas Tadeo era uno de los apóstoles considerados como más judaizantes dentro del grupo de «los Doce». Según el Evangelio de Juan, fue testigo privilegiado de la Última Cena, durante la cual tuvo una participación activa explícita. La tradición eclesiástica le atribuye la autoría de la epístola de Judas, punto también debatido por los biblistas.

 

Este es otro de los discípulos de los que se sabe muy poco. Sabemos su nombre y su apellido: Judas Tadeo. Algunas traducciones le asignan también el nombre de Lebeo.

 

Hay un solo pasaje bíblico en el que habla este discípulo: Juan 14:21-24. Con su pregunta a Jesús, Judas Tadeo parece mostrar un gran interés en que todo el mundo pueda recibir la manifestación del Señor.

Judas (no el Iscariote) le dijo: ¿Por qué, Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?
Le contestó Jesús: El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra morada en él.
(Juan 14:22-23)

 

Según la tradición, Judas Tadeo evangelizó desde Turquía hasta Arabia, Mesopotamia y Persia. Se piensa que murió apedreado o a golpes de maza.

 

Simón el Zelote

 

Simón el Cananeo, también llamado Simón el Zelote, fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret. Es el apóstol del que existe menos información.​ El teólogo y doctor de la Iglesia Jerónimo de Estridón no le menciona en su obra De viris illustribus (Los varones ilustres), escrita entre el 392-393. Predicó por Oriente Medio.

 

Los zelotes eran judíos fanáticos, nacionalistas que luchaban por la pureza de su fe. Sentían un odio intenso hacia los romanos.

Este dato nos lleva a pensar que Simón abrazó su fe en Cristo con gran fervor. Jesús llegó a su vida, lo transformó y Simón vivió por él y para él hasta el fin de sus días.

 

Puede que haya evangelizado en Asia Menor y que muriera martirizado, pero la información sobre él es bastante confusa.

El nombre de Simón está en los tres evangelios sinópticos y en el libro de Hechos de los apóstoles siempre que se ofrece una lista de los apóstoles, pero no se dan más detalles sobre él.

 

Para distinguirlo del apóstol Simón Pedro a este otro apóstol Mateo y Marcos lo llaman Simón el Cananeo,a​ mientras que Lucas lo llama Zelote.b​ Para el papa Benedicto XVI ambos calificativos son equivalentes, ya que "zelote" significa "celoso" y en hebreo el verbo qanà’ significa "ser celoso, apasionado". Esta es una virtud que, en el libro del Éxodo, también tiene Dios con el pueblo elegido y que también poseen los hombres que se entregan a Dios, como el profeta Elías

 

Judas Iscariote

 

Judas Iscariote (en arameo: ܝܗܘܕܐ ܣܟܪܝܘܛܐ‎, en griego bíblico: Ἰούδας Ἰσκαριώτης, Ioudas Iskariōtēs y probablemente en hebreo: יהודה איש-קריות‎ Yehūḏā ʾĪš-Qǝrīyyōṯ. Kerioth ?- Jerusalén ca. 30 d.C.) Fue uno de los discípulos de Jesucristo, a quien se cuenta entre los Doce Apóstoles.

 

Según los cuatro evangelios canónicos Judas traicionó a Jesús ante el Sanedrín a cambio de treinta monedas de plata. El discípulo condujo a los esbirros enviados por el Sumo Sacerdote al Jardín de Getsemaní, donde se encontraba Jesús, y lo identificó por medio de un beso y saludándolo como Rabí, o «maestro». Por este acto el nombre de Judas, su epíteto de Iscariote, las treinta monedas y el «beso de Judas», son sinónimos de traición en la tradición cristiana.

 

Aparte de Pedro, este es probablemente el discípulo más conocido. Judas fue el discípulo que traicionó a Jesús por 30 monedas de plata y que luego fue y se ahorcó por causa del remordimiento (Mateo 26:15 y 27:1-5).

 

No se sabe cómo Judas llegó a ser uno de los discípulos. Sí sabemos que fue el tesorero del grupo y que a veces se beneficiaba económicamente de esa posición robando de la bolsa (Juan 12:4-6).

Judas fue el primero de los apóstoles en morir, pero él no murió martirizado. Judas se ahorcó después de traicionar a Jesús (Mateo 27:1-5).

 

Matías el Apóstol

 

Matías (en griego koiné Μαθθίας, Maththías; del hebreo original מַתִּתְיָהוּ‎, transliteración hebrea: Matityahu; murió c. 80 d.C.), según los Hechos de los Apóstoles, fue elegido apóstol después de la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret para sustituir a Judas Iscariote tras su traición a Jesús y su posterior suicidio. Su llamado como apóstol es único en que su nombramiento no fue hecho personalmente por Jesús, quien de acuerdo a la enseñanza cristiana ya había ascendido al cielo, y también se hizo antes de la venida del Espíritu Santo sobre la Iglesia primitiva.


Aparece Matías en el Nuevo Testamento cuando entró en el grupo de los Doce (Hechos 1,21-26). Según los requisitos exigidos en este texto Matías debió de ser un discípulo de la primera hora y, en términos generales, seguir, en compañía de los Doce, las incidencias de la vida y ministerio de Jesús, de cuyos hechos y doctrinas debía dar testimonio; lo cual da cierta verosimilitud a la noticia de Eusebio (Hist. Ecl., 1,12.3: PG 20,117) sobre la posibilidad de que Matías fuese uno de los «Setenta» (Lc 10,1). Tal vez fue testigo de la Resurrección de Jesús, y pudo presenciar alguna aparición del mismo.

 

A la muerte de Jesús, y a los pocos días de la Ascensión, Pedro reunido con la comunidad cristiana (unas 120 almas) en Jerusalén explicó que, según estaba previsto en las Escrituras (Salmos 41:9), uno de los Apóstoles había prevaricado (Hechos 1:17-25), y que otro había de reemplazarle: "Sean sus días pocos, tome otro su oficio" (Salmos 109:8); por tanto, se imponía una elección. Se propusieron dos nombres: «José, por sobrenombre Barsaba, llamado Justo, y Matías». Se pronunció una oración dirigida al Señor para que manifestase su voluntad acerca de elección del nuevo Apóstol, lo mismo que antaño con la de los Doce primeros (Mc 3,13-19, par.), y se dejó al procedimiento de las suertes, corriente ya en el Antiguo Testamento (cfr. los 7,14.16; 14,2; lo 1,7), la manifestación de dicha voluntad. Ésta fue que la vacante de Judas la cubriese Matías.

 

¿Por qué «era necesario» nombrar uno para el puesto de Judas? Cuando Santiago el Mayor murió hacia el a. 44 (Hechos 12,2) no se nombró otro en su lugar, ni Pablo de Tarso fue nunca considerado su sustituto. Los «Doce Apóstoles» elegidos por Jesús lo son para el presente y para el futuro, cuando «juzguen (como nuevos «doce» patriarcas) a las doce tribus de Israel» (Mt 19,28; Le 22,31); y por su número ellos expresan una plenitud que, en este caso, representa la plenitud del Pueblo de Dios. Por la primera razón, Santiago al morir no dejó ninguna vacante, no terminó su apostolado; mientras que la traición de Judas y su muerte sin arrepentimiento eficaz fueron interpretadas como una deserción, un «apartarse» (parabáinein; Hechos 1,25), un «dejar su lugar desierto» (Hechos 1,20); la necesidad de un nuevo Apóstol nacía no de la muerte de Judas sino de su deserción. Por la segunda razón, era necesario completar el número de «doce».

 

Pablo de Tarso

 

Pablo de Tarso, de nombre judío Saulo de Tarso o Saulo Pablo,​ y más conocido como san Pablo (Tarso, Cilicia 5-10 d. C.​-Roma, 58-67​), es llamado el «Apóstol de los gentiles», el «Apóstol de las naciones», o simplemente «el Apóstol». Fundador de comunidades cristianas, evangelizador en varios de los más importantes centros urbanos del Imperio romano tales como Antioquía, Corinto, Éfeso y Roma, y redactor de algunos de los primeros escritos canónicos cristianos —incluyendo el más antiguo conocido, la Primera epístola a los tesalonicenses—, Pablo constituye una personalidad de primer orden del cristianismo primitivo, y una de las figuras más influyentes en toda la historia del cristianismo.

 

Del análisis de sus epístolas auténticas, surge que Pablo de Tarso reunía en su personalidad sus raíces judías, la gran influencia que sobre él tuvo la cultura helénica y su reconocida interacción con el Imperio romano, cuya ciudadanía —en el decir del libro de los Hechos de los Apóstoles— ejerció. Pablo se sirvió de este conjunto de condiciones para fundar varios de los primeros centros cristianos y para anunciar la figura de Jesucristo tanto a judíos como a gentiles. Sin haber pertenecido al círculo inicial de los Doce Apóstoles, y recorriendo caminos marcados por incomprensiones y adversidades, ​ Pablo se constituyó en artífice eminente en la construcción y expansión del cristianismo en el Imperio romano, merced a su talento, a su convicción y a su carácter indiscutiblemente misionero. Su pensamiento conformó el llamado cristianismo paulino, una de las cuatro corrientes básicas del cristianismo primitivo que terminaron por integrar el canon bíblico.

 

De las llamadas epístolas paulinas, la Epístola a los romanos, la Primera y la Segunda epístola a los corintios, la Epístola a los gálatas, la Epístola a los filipenses, la Primera epístola a los tesalonicenses y la Epístola a Filemón tienen en Pablo de Tarso su autor prácticamente indiscutido. Ellas son, junto con el libro de los Hechos de los Apóstoles, las fuentes primarias independientes cuyo exhaustivo estudio científico-literario permitió fijar algunas fechas de su vida, establecer una cronología relativamente precisa de su actividad, y una semblanza bastante acabada de su apasionada personalidad. Sus escritos, de los que han llegado a la actualidad copias tan antiguas como el papiro P {\displaystyle {\mathfrak {P}}}  datado de los años 175-225, fueron aceptados unánimemente por todas las Iglesias cristianas. Su figura, asociada con la cumbre de la mística experimental cristiana, resultó inspiradora en artes tan diversas como la arquitectura, la escultura, la pintura, la literatura, y la cinematografía y es para el cristianismo, ya desde sus primeros tiempos, una fuente ineludible de doctrina y de espiritualidad.

 

La última etapa de la vida de Pablo, que abarca desde su apresamiento en Jerusalén hasta su presencia en Roma, tiene como fuente fundamental el relato de Hechos de los Apóstoles 21, 27 - 28, 31, aunque el autor de Hechos no trata el deceso del Apóstol. Si bien autores cualificados de diversas extracciones reconocen que el relato no responde a criterios estrictos de historicidad al detalle, sin embargo también se considera que el relato atesora varias noticias históricas sin duda fidedignas.

LAS SIETE FIESTAS SOLEMNES Y PAGANAS

 Levítico 23:2

Las fiestas solemnes tienen un lugar escogido: JERUSALÉN, pero las observamos en todas partes. Bíblicamente Jerusalén es “el Reloj del Mundo”, lo que sucede espiritualmente en Israel tiene un efecto en el resto del mundo.

Podemos observar 7 fiestas solemnes en el calendario Judío, divididas en 2 grupos:

 

FIESTAS DE PRIMAVERA

1.    La Pascua

Esta era la primera de las siete fiestas del año. La primera Pascua se celebró unas horas antes de que el pueblo elegido saliera de Egipto. El significado espiritual de esta fiesta es basto pero muy provechoso. El cumplimiento profético de esta solemnidad ya fue efectuado por nuestro Señor Jesucristo mediante su sacrificio voluntario.

Era la festividad donde se sacrificaba un cordero que conmemoraba la liberación del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, representaba la redención donde descansan todas las bendiciones para el pecador arrepentido. Era un tipo o figura de Cristo cual el verdadero Cordero de Dios. 1Co 5:7 "Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros". Heb 9:28 "así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos"

 

2.    Los Panes sin Levadura

El pan simboliza la Palabra de Dios, que es el Alimento espiritual por excelencia, y a su vez la levadura representa la maldad o el pecado que corrompen. A esta fiesta también nuestro Señor le dio cumplimiento pues tanto su testimonio como sus obras y enseñanzas fueron puras y carentes de maldad, ejemplo que igualmente nosotros, quienes le seguimos debemos cumplir.

Era la festividad durante la cual comían pan sin leudar. La levadura siempre nos habla del pecado en las Escrituras, en consecuencia nos expresa la bendición de disfrutar plenamente de la comunión con Cristo, en santidad junto a nuestro Salvador. 1Co 5:6-7 "No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros".

 

3.    Las Primicias

En ese día se cortaba una gavilla o manojo de cebada perfecta y se llevaba al Templo, donde el sacerdote la examinaba para posteriormente, una vez aprobada, presentarla ante el Poderoso de Israel como primicia. Esta fiesta simboliza la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, que habiendo sido examinado y aprobado por el Padre celestial le permitió presentarse delante de Él.

En esta festividad que celebraban una vez al año, traían al templo de Jerusalén una gavilla por primicia de los primeros frutos de la siega. Y el sacerdote mecía esa gavilla delante Jehová, el día siguiente del día de reposo, esto corresponde al primer día de la semana, el Domingo, era acompañada de la ofrenda de un cordero de un año que era sacrificado en ofrenda y libación.

 

Aquí se nos presenta una hermosa figura de la resurrección del Señor Jesucristo, la cual ocurrió el primer día de la semana (Dgo.). 1Co 15:23 "Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida". Mat 28:1 "Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro".

 

Cristo fue las primicias de la resurrección, luego serán todos los hijos de Dios cuando regrese a buscar Su iglesia. Pero lo preciso de esta festividad, es que habla de una gavilla por las primicias, y eso fue exactamente lo que sucedió el día cuando Cristo resucitó de entre los muertos, junto a Él se levantó toda una gavilla que fue mecida en la presencia del Todopoderoso.


Mat 27:51 "Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron;
Mat 27:52 y se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron;
Mat 27:53 y saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, y aparecieron a muchos".

 

Todo esto es una poderosa prueba de que así como Cristo resucitó, y junto a Él toda una gavilla que fue mecida, de igual manera cuando el Señor vuelva, resucitarán todos los muertos en Cristo que partieron a la presencia de Dios pero sus cuerpos mortales aún permanecen acá, para recibir finalmente el cuerpo de gloria que nos ha prometido a todos los que somos de Él.

 

1Ts 4:16 "Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
1Ts 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor".

 

Al considerar la solemnidad del significado de esta festividad, indigna la corrupción que hoy muchas iglesias que se autodenominan "cristianas", hacen con el lucro y mofa de esta festividad judía, que está muy lejos del vulgar comercio y tráfico de almas que efectúan en sus "feudos" muchos pastores.

 

4.    Pentecostés

Con la Fiesta de Pentecostés concluía la época de siega. Tal como en la Fiesta de Primicias, en la que se llevaban manojos de cebada como primicias al Templo, siete semanas o cincuenta días después se ofrendaba pan hecho con el trigo recién segado. El trigo representa al pueblo de Dios esparcido entre las naciones. El cumplimiento profético de esta fiesta comenzó con el derramamiento del Espíritu Santo que relata el libro de Hechos.

 

Pentecostés o festividad de los 50 días. En esta festividad Dios ordena que se realizara el día siguiente del séptimo día de reposo, nuevamente encontramos el día Dgo. Además del nuevo grano que ofrecían a Jehová, notamos que debían traer dos panes, pero en forma muy exclusiva ahora indica que fueran panes con levadura (vr.17), no se trataba de una gavilla, sino de panes, compuestos por granos que crecieron separadamente pero constituyendo un cuerpo homogéneo. Y lo más particular era que menciona que tenían levadura, cuando bien sabemos es símbolo del pecado.

 

Esto es para señalar a la iglesia, constituida por un cuerpo compacto pero en el cual aún mora el pecado, porque se refiere a la iglesia terrenal, formada por los cuerpos de humillación que todavía tenemos cada uno de los hijos de Dios, hasta que el Señor nos entregue el cuerpo de gloria.

 

Sabemos por el relato del Nuevo Testamento que el Señor dio comienzo a Su iglesia con el descenso del Espíritu Santo, precisamente durante esa festividad judía de Pentecostés. Cristo había anunciado que era necesario que Él subiera al Padre, para que viniera el Espíritu Santo a morar en Su iglesia, en cada hijo de Dios.

 

Jn 16:7 "Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré".


FIESTAS DE OTOÑO

5.    Las Trompetas

El cumplimiento profético de esta fiesta ya está por iniciar. Significa la alerta o alarma que nos avisa el comienzo de los acontecimientos de los últimos días que anteceden al regreso del Señor Jesucristo en Poder y Gran Gloria. Tendrá su cumplimiento pleno cuando la Resurrección de los justos sea efectuada.

 

Esta fiesta corresponde al inicio del año nuevo judío, es el preludio del santo recogimiento que le espera a Israel recordando su gloria anterior y exhortándose a buscar el Señor.

 

6.    El Perdón/Expiación

Ese día, el sumo sacerdote vertía en un tarro la sangre del macho cabrío recién sacrificado por los pecados del pueblo y pasando por el Lugar Santo caminaba -con temor y temblor- hacia el Lugar Santísimo, donde el arca de la alianza -el trono del Poderoso de Israel- se asentaba. La sangre del macho cabrío representa el Espíritu del Señor Jesucristo que nos limpia de todo pecado.


Es el día de la santa convocación y aflicción de sus almas, cuando finalmente Israel con profundo duelo e intensa lamentación reconocerá a Su Salvador.

 

Zac 12:10 "Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
Zac 12:11 En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido".

 

7.    Los Tabernáculos

La Palabra de Dios nos enseña que el cuerpo que habitamos es una tienda o tabernáculo. Esta fiesta nos hace entender que al igual que aquel Israel, que acampaba en el desierto esperando entrar a la Tierra Prometida, nosotros, el actual Israel, también acampamos provisionalmente en este mundo, a la espera de entrar en nuestra propia Tierra Prometida que es la siguiente vida.

Festividad que recordaba sus penurias cuando fueron liberados de Egipto y su paso por el desierto, cómo dependieron de la protección y provisión de Dios en esos años difíciles. Las personas se agrupaban por familias en cabañas hechas de ramas, para recordar ese episodio en la vida de su nación.

 

Para Dios, FIESTA significa: Cita, Un lugar de encuentro, El día señalado; El Padre tiene un tiempo señalado para todo, Él tiene los tiempos (Gálatas 4:2,4)

¿Son también para la iglesia?

Las siete fiestas solemnes que Dios ordenó celebrar a Su pueblo terrenal, Israel, fueron las festividades que dividían el año en el calendario judío y declaran un cuadro perfecto de las dispensaciones de Dios hacia Israel, durante ese período extraordinario de la ley que les entregó por medio de Moisés a ese pueblo terrenal que habría de cumplir con un propósito muy específico en los planes eternos del Señor, para que finalmente Dios pudiera manifestarse en carne y cumplir con la gran obra de la redención que posteriormente ofrecería a todas las naciones.

Estas ordenanzas de la ley fueron tan específicas y exclusivas para Israel, que cualquiera que no perteneciera a esa nación, Dios señaló explícitamente que no podían aún acercarse al tabernáculo (y posteriormente al templo), para cumplir con muchas de las ordenanzas que requerían de la presencia del hombre para realizarlas en ese lugar que Dios había escogido para poner Su Nombre, estableciendo de esa manera la separación que el Señor hacía entre los que pertenecían a la nación de Israel, con los que eran del resto de las gentes (los gentiles), los que eran de otras naciones.

Porque TODO lo que aparece en la ley (incluyendo el diezmo, la fiesta de las primicias, la circuncisión, el día sábado, los sacrificios de animales, etc.) fueron ordenanzas exclusivas para Israel; tal era la exclusividad de la ley para ellos, que Dios prohibió a los que no eran judíos, acercarse al templo para cumplir con las demandas expuestas en la ley de Moisés.

Eze 44:6 "Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abominaciones, oh casa de Israel;
Eze 44:7 de traer extranjeros, incircuncisos de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario y para contaminar mi casa".

Porque la ley de Moisés era muy contundente para prohibir a los que no fueran judíos, acercarse al templo donde adoraban, presentaban los sacrificios y traían los diezmos los judíos. Num.3:38 "y el extraño que se acercare, morirá".

La ley era un todo tan perfecto, que Dios había declarado que no se podía cumplir solamente con alguna parte de ella, sin hacerse culpable de toda la ley. Es como quien cuelga de una cadena, basta que se rompa uno de los eslabones, para caer estrepitosamente al abismo de la condenación.

Stgo. 2:10 "Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos".

Rom 3:19 "Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley"

Los judíos modernos saben perfectamente esta limitante que poseen en nuestros días al no tener el templo de Jerusalén. Aunque tienen múltiples sinagogas en distintas partes del mundo, en ninguna de ellas recogen el diezmo, ni celebran otras actividades que reconocen que únicamente se deben realizar en el templo de Jerusalén, conforme lo estipula la ley de Moisés, como es el caso del diezmo que debe ser exclusivamente para los sacerdotes de la tribu de Leví, que vivan en el templo de Jerusalén.

Por lo tanto, el gran cap. 23 de Levíticos, que forma parte de las ordenanzas de esa ley, corresponden exclusivamente para Israel, no para la iglesia ni por ninguno que se considere "cristiano".

Las siete fiestas solemnes era la forma en que se dividía el calendario judío. Comienza este gran cap. de Lv.23 con esta referencia: "Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Las fiestas solemnes de Jehová, las cuales proclamaréis como santas convocaciones, serán estas.

 

1.- La Pascua (vrs. 4-5) Calendario judío Mes de Nisán día 14, Calendario Occidental: marzo-abril

2.- Panes sin levadura (v.6-8) Calendario judío Nisán días 15-21, Cal. Occidental: marzo-abril

3.-Las primicias (v.9-14) Calendario judío Nisán día 16, Cal.Occidental: marzo-abril

4.- Pentecostés (v.15-22), mes de Siván 50 días después de la cosecha, Cal.Occidental: mayo-junio

5.- Trompetas (v.23-25), mes de Tishri 1, 2. Cal. Occidental: Sept. Octubre

6.- Expiación (Yom Kippur) v.26-32, mes de Tishri 10. Cal. Occidental: Sept.Octubre

7.- Tabernáculos (v.33-44), mes de Tishri 15-22, Cal. Occidental: Sept.Octubre

 

Como claramente vemos, eran festividades que se realizaban UNA VEZ AL AÑO, conforme al calendario judío para los judíos. Pero cada una de ellas tenía un poderoso mensaje profético y espiritual, porque Dios en aquellos tiempos habló a través de símbolos y figuras.

Gal 3:24-25 "De manera que la ley ha sido nuestro ayo (instructor), para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe. Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo"

Heb 10:1 "Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros , no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan".

Estas festividades no tiene sentido celebrarlas en el cristianismo una vez que vino Cristo y cumplió todo lo que de Él se anunciaba por medio de esos símbolos, a no ser que tengan como propósito la obstinación de negar a Jesús cual el Cristo (el Mesías) prometido.

El apóstol Pablo en muchas oportunidades reprendió duramente a los judaizantes que se habían infiltrado en las iglesias y pretendían continuar con la ley y sus ceremonias. Con una expresión de mucho pesar les dice en Gal. 4: 9-11 a los que insistían en proseguir guardando los días de las ceremonias contempladas en la ley: "¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros".

Por lo tanto claramente establece que esas festividades y celebraciones de días especiales no deben existir en la iglesia, únicamente nos dejó el primer día de la semana para hacer memoria de Él. Obviamente podemos sacar mucha enseñanza mirando retrospectivamente esas ceremonias del pasado, pero esas "sombras" no pueden compararse con la luz e imagen de la realidad misma de las cosas que nos reveló Dios a través de la obra del verdadero Cordero de Dios, que nos presenta con exquisito esplendor el Nuevo Testamento, una vez que llegó la Luz verdadera y las sombras quedaron atrás.

En conclusión, ninguna de estas siete fiestas solemnes corresponde celebrarlas en la iglesia, porque fueron entregadas para Israel y forman parte del calendario judío hasta nuestros días.

 

Siete Fiestas Paganas

 

A través del paganismo, Satanás trata de imitar las celebraciones que Dios ordenó antiguamente a Israel, aunque cabe agregar que sectas como la de los judaizantes también las practican. De esa mala interpretación se han originando costumbres dentro del cristianismo que han dado lugar a tradiciones y fiestas que no son agradables a Dios.

 

Dichas fiestas consisten en un conjunto de actividades, ritos, alimentos, bebidas, vestimentas etc. Estas celebraciones conducen a una conducta desordenada, borracheras, orgías, idolatría, etc, y aunque les dan apariencia de espirituales, llevan perdición al pueblo de Dios. Veamoslas:

 

1.        EL DIA DE REYES. Esta tradición comenzó aparentemente en Egipto y Arabia, en los que se acostumbraba a llevar regalos a los Reyes (hasta la fecha esto continúa) y el uso actual de esta celebración tomó como excusa la única mención que se hace en Mateo 2:1 (G:3097 magos) que se refiere a la visita de los sabios o magos cuando Jesús nació. Esta mención en la Biblia no especifica cuántos eran ellos ni sus nombres. El número y el nombre de ellos (Gaspar, Melchor y Baltasar) fueron tomados de un libro no inspirado por Dios (apócrifo) conocido como el evangelio del Pseudo tomas.

 

 Se comenzó a celebrar en el año 194 d.C., primeramente era conocido como la “Epifania de Jesus, que representaba la aparición del Señor al mundo de los paganos (en este caso a los magos), pero después fue cambiada dándole solo énfasis a los magos. En algunos países es una fiesta principal que se celebra el 6 de Enero, donde se intercambian regalos, especialmente a los niños. En ningún lado de la Biblia se nos ordena que haya que celebrarla.

 

2.        EL CARNAVAL El carnaval tiene su origen en fiestas paganas, como las del buey Apis e Isis en Egipto, las fiestas dionisíacas griegas y las bacanales y lupercales romanas; estas fiestas fueron dedicadas a dioses paganos: Baco deidad romana que era el dios borracho (o Dionisio, dios griego de la vida desordenada, borracheras, etc.), Eros (dios griego de la belleza masculina, del sexo - en Latín: Cupido) y Pan (dios griego de la música, de las orgías). 

 

Se celebra en febrero, cuarenta días antes de la pascua y su nombre proviene del latín: “Carnem Levare” que quiere decir “quitar la carne”, y en muchos lugares se celebra durante los tres días anteriores al llamado por el catolicismo Miércoles de Ceniza. Una vez conocido el origen y la finalidad de esta celebración debemos apartarnos de ella, porque no fue establecida por Dios y va en contra de todo lo que Él quiere que seamos.

 

3.        LA SEMANA SANTA Esta celebración involucra el nacimiento del hijo ilegítimo de Semiramis, llamado Tamuz. Semiramis fue esposa de Nimrod pero después que este murió quedo embarazada y para justificar su deshonra convenció al pueblo que su embarazo era sobrenatural y que su hijo a quien nombró Tammuz, era Nimrod renacido. La gente había estado esperando un salvador prometido desde el principio de la humanidad (Génesis 3:15), por lo que fueron persuadidos fácilmente por Semiramis y creer que Tamuz era ese salvador.

El origen de la Pascua pagana tiene que ver con el rito de la primavera instituida por Semiramis después de la muerte de Tammuz. La leyenda dice que a través del poder de las lágrimas de su madre, Tammuz fue “resucitado” en la forma de la nueva vegetación que apareció sobre la tierra. (Semiramis es también conocida como istar, astarte o Easter, etc.). Notemos entonces que es una mala reinterpretación de la antigua fiesta de Pascua judía y la asociaron con "paso" del invierno a la primavera en su celebración de la resurrección

La religión romana, después de adoptar el festival pagano de primavera de Semiramis, Istar o Easter, le fue fácil y natural adoptar también la antigua costumbre del “ayuno” que precede al festival de primavera. Este periodo de cuarenta días antes de la Pascua, se le dio el nombre de Cuaresma. En tiempos pasados estos cuarenta días eran observados con llantos, ayuno y maceraciones por Tamuz a fin de renovar sus favores para que saliera del centro de la tierra, terminara el invierno y causara el principio de la primavera. De acuerdo a las antiguas leyendas, Tamuz tenía cuarenta años cuando fue muerto por un cerdo salvaje. Así que cuarenta días uno por cada año que vivió en la tierra fueron designados para “llorar por Tammuz”

En las regiones Nórdicas de Europa, así como también en los Estados Unidos y Canadá, el Domingo de Pascua es celebrado según esas costumbres que provienen de Babilonia, tales como el pintar huevos de diferentes colores. El huevo era un símbolo sagrado usado por los babilonios y se suponía había caído desde el cielo al río Eufrates. De este huevo fue engendrada la diosa Astarté. Por esto el símbolo del huevo llegó a ser asociado con esta diosa (en el idioma ingles se usa Easter). De Babilonia la madre de las falsas religiones la humanidad se llenó de estas creencias y la tierra recibió la influencia de la idea del huevo místico.

La Iglesia Romana adoptó este huevo místico de Astarté y lo consagró como un símbolo de la resurrección de Cristo. Una forma de la oración era siempre citada para ser usada en relación con ella, el papa Paulo V enseñando a sus devotos supersticiosos oraba de este modo a la “Pascua”: “Bendice, Oh Señor, te imploramos esta tu criatura de “Huevos” que puede llegar a ser el sustento sano a tus siervos comiéndolo en memoria de nuestro Señor Jesucristo” (Scottish Guardian, April 1844).

Aunque en esa época la religión romana recalca que celebra la muerte y resurrección de Cristo notamos que es contraria a la verdadera fe, porque está impregnada de paganismo e idolatría, por lo que no debemos de celebrarla ni participar. En la Biblia se nos enfatiza celebrar la dos ordenanzas que rememoran la muerte y resurrección de Cristo, el bautismo en agua y la Santa Cena(He. 6:1-2; 1; Co.11:23- 26), pero la llamada semana santa es una fiesta de idolatría y rituales paganos contrarios a la voluntad de Dios (Éx. 23:24-33; Dt. 27:15).

 

4.      LA ASUNCIÓN DE MARÍA. Según la tradición de la iglesia romana la virgen Maria fue llevada al cielo en cuerpo y alma después de cumplir su misión en la tierra. Este dogma fue establecido por Pio Xll en el año 1950. Esta celebración se lleva a cabo el 15 de agosto, el mismo día en que los Efesios celebran a la diosa Diana. La veneración de esta entidad femenina quien no es en realidad Maria la madre de Jesus, proviene de las tradiciones de Babilonia en donde ancestralmente se le rendía un culto a una mujer que generalmente era representada con un niño en brazos. Este culto tuvo su origen en Babilonia donde era conocida como Istar cuyo nombre griego era Astarté Veamos algunos otros de los nombres como era conocida en el mundo pagano. 

I.   En Efeso: Diana, diosa de la virginidad y fecundidad (Hch 19:28 BPD). 

II. En China: Shingmoo, llamada santa madre. 

III. Los druidas: Virgo Paritura, madre de dios. 

IV. Los babilónicos: Afrodita o Ceres 

V. Los griegos: Nana o Fortuna. 

VI. Israel: Astaroth, diosa madre (Jue. 2:13) 

Debemos recordar que: “Así dice Jehová, Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo el primero, y yo el postrero, y fuera de mí no hay Dios.” (Is. 44:6) y que: “Yo soy el SEÑOR, ése es mi nombre; mi gloria a otro no daré, ni mi alabanza a imágenes talladas.” (Is. 42:8 y 48:11-12), es decir, que el Señor es el único digno de Alabanza y Adoración, ya que Él es el principio y el fin y no comparte su gloria con nadie. 

5.    HALLOWEEN

Esta celebración no tiene ninguna relación con el cristianismo, tiene su origen hace aproximadamente 3,000 años en los pueblos del norte de Europa: Inglaterra, Irlanda, Francia (originalmente Celtas, no cristianos), está festividad es dedicada totalmente al culto de Satanás y lo celebran los sacerdotes Druidas el 31 de Octubre, como el año nuevo Celta; ese día terminaba la cosecha y celebraban la fiesta de su dios de la muerte. 

 

Los colores que lo identifican son el Naranja que representa el Otoño y el Negro que representa el color de la Muerte, ese es día de abominación a Jehová porque se consultan a los muertos, los practicantes de sectas satánicas visitan los cementerios para tener contacto con los muertos, practican adivinación y realizan otros rituales.

 

La Biblia enseña en Deuteronomio 18:9-14 que esas costumbres son pecado; sin embargo, el diablo ha enseñado que Halloween es un día de diversión, el nombre de esta celebración es una transliteración de: HELL (infierno) WIN (gana) y es una apología para el Diablo, pues también significa: "sea Satanás reverenciado o enaltecido". Otro posible significado del fonema es: ALL HOLLY, del inglés “Todos Santos” que es una celebración del 1 de Noviembre en el cual también se celebraba la fiesta romana de la Cosecha en honor a su diosa de los frutos Pomona En 1834 el Papa Gregorio 16 “cristianizó ”esta celebración.

 

Actualmente en esta fiesta se venden máscaras y trajes para que los niños y aún adultos se conviertan en participantes de la fiesta satánica, ya sea conscientes o por ignorancia, los celtas se vestían con disfraces hechos de pieles y cabezas de animales sacrificados.

 

Se cree que ellos obtenían sus sacrificios de los pobladores del lugar y recorrían casa por casa pidiendo un niño o una virgen para quemarlo, los sacerdotes dejaban una fruta con una vela en su interior para prevenir que los demonios entraran y mataran a quienes habitaban ahí.

 

Uno de los problemas fundamentales en nuestros días con esta fiesta es que, bajo una apariencia inocente y divertida, va introduciendo a las personas al ocultismo, la magia, la brujería, el espiritismo, las prácticas satánicas.

 

6.      DIA DE TODOS LOS SANTOS

Fiesta que se celebra el 1 de noviembre en las iglesias católicas y anglicanas para honrar a sus santos, se estableció como fiesta a principios del siglo VII por el papa Gregorio IV que dio la autorización en el año 835. Muy probablemente se eligió el 1 de noviembre porque coincidía con una de las grandes fiestas de los germanos, y la política de la Iglesia era sustituir los ritos paganos por los “cristianos”.  

 

     Por otro lado se indica que el día de los muertos se originó con los Aztecas, la fiesta era durante el mes Azteca de Miccailhuitontli, y la diosa se llama Mictecacihuatl, "la mujer de los muertos," que era la que presidía en la fiesta, el día de Los Muertos originalmente se celebraba para los ángeles o los niños muertos, actualmente se celebra por todos los muertos, en algunas regiones se come el fiambre que quiere decir comida de muertos.

 

1.    LA NAVIDAD

Celebración anual en la que se conmemora el “nacimiento de Jesucristo”. Los Evangelios muestran que Jesús no nació en esa fecha, el día de Navidad fue oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando por influencia de Juan Crisóstomo y Gregorio de Nacianceno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad de Jesús.

 

La fiesta que asociaron con la Navidad era el Saturnal romano, del 17 al 23 de diciembre, en honor de Saturno, dios de la agricultura, que se celebraba durante siete días de bulliciosas, diversiones y banquetes, al mismo tiempo, se celebraba en el norte de Europa una fiesta similar, conocida como Yule, en la que se quemaban troncos adornados con ramas y cintas en honor de los dioses para conseguir que el sol brillara con más fuerza. Una vez incorporados esos elementos, en la edad media se añadió el nacimiento y los villancicos a sus costumbres, en esa época el banquete era el punto culminante de las celebraciones, el árbol de navidad originario de zonas germanas, se extendió por otras áreas de Europa y América, los villancicos fueron recuperados y se compusieron nuevos.

 

Las tarjetas se empezaron a utilizarse en la década de 1870 aunque la primera de ellas se imprimió en Londres en 1846. La imagen de Santa Claus con el trineo, los renos y las bolsas con juguetes, es una invención reciente, aunque la leyenda del llamado “Papá Noel” proceda en parte de san Nicolás.

 

 Las costumbres, mitos y leyendas que se le fueron sumando a la navidad, provienen de muchos países diferentes, esa fiesta se celebra el 25 de diciembre como el nacimiento del “niño Jesús”; sin embargo, es una fiesta babilónica.

 

 Nacimiento viene del latín Nati-vitá (nacimiento que da vida), El vocablo fue sufriendo cambios hasta pronunciarse sólo como navidad, usado erróneamente para festejar el nacimiento de Jesús.

 

Aunque el origen pagano de estas celebraciones es muy burdo y se manifiesta en forma evidente, hay otras que, siendo también paganas, están sutilmente encubiertas con apariencia de cristianismo para engañarnos y hacernos creer que está bien que las celebremos. Es necesario entender que tampoco debemos celebrar las fiestas judías como lo propone la secta de los judaizantes, especialmente porque la iglesia no es ni judía ni gentil sino que Dios hizo de judíos y gentiles un nuevo pueblo con un Nuevo Pacto.

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